Visita Papal a Guayaquil

A inicios de años se confirmo la maravillosa noticia de la visita de un personaje que por su ejemplo de humildad y sencillez ha logrado revolucionar la iglesia. Y pues el dia domingo 5 de julio llenos de alegría y júbilo recibimos al representante de Jesús en la tierra, al Papa Francisco.

Desde su arribo a la capital todo era algarabía, se respiraba un ambiente de felicidad y paz al saber lo que representaba la visita del Santo Padre. Entre aplausos y sonrisas se le dio la bienvenida, y el mostró su reciprocidad diciendo: “Desde aquí quiero abrazar al Ecuador entero. Que desde la cima del Chimborazo, hasta las costas del Pacífico; desde la selva amazónica, hasta las Islas Galápagos, nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes”

El siguiente día se vio enmarcado una fiesta en Guayaquil al saber del arribo del Papa hasta el aereopuerto José Juaquín de Olmedo, donde fue recibido con ovaciones. Luego de esto se traslado hacia el Santuario de la Divina Misericordia donde elevo plegarias y bendiciones. Posterior a esto se trasladó al Parque Samanes, el lugar mas esperado por muchas personas, entre ellos jóvenes(nosotros), ancianos, niños, entre otros.

Al llegar al lugar  fue hermoso poderlo ver, se podía disfrutar de su sonrisa, de su ternura, de su amor. En pocos minutos llegó hacia el templo preparado en el Parque para dar la Santa Misa, en donde compartió una homilía direccionada a la familia. El Santo Padre expresó: “La institución familiar es la base y la que tanto aporta al bien común de todos”,  “En la familia los milagros se hacen con lo que hay, con lo que somos, con lo que uno tiene a mano”.

Sus palabras cargadas de emotividad provocaron sollozos y reflexiones en los presentes. Donde las frases que mas tuvieron trascendencia por su repetición fueron: “María es madre” “El mejor de los vinos está en la esperanza y está por venir para cada persona que se arriesga al amor. Murmúrenlo hasta creérselo: el mejor vino está por venir

Fue una jornada intensa donde el el sol brilló con tal intensidad haciéndonos saber que DIOS se manifesta, recordando las palabras de Bienvenida del Papa: “Nosotros, los cristianos, identificamos a Jesucristo con el Sol, y a la Luna con la iglesia y la Luna no tiene luz propia y si la Luna se esconde del Sol se vuelve oscura. El Sol es Jesucristo y si la Iglesia se aparta y se esconde de Jesucristo se vuelve oscura y no da testimonio”.